"Antes vivíamos en una casa con muchas goteras y sin espacio para estudiar. Ahora, gracias a mi padrino, tengo una cama nueva, juegos para compartir con mis hermanos y comida rica todos los días. En el centro aprendemos sobre Jesús, hacemos deportes y nos cuidan mucho. ¡Gracias por pensar en nosotros!"
Griselda Sánchez
"Cuando mi hijo comenzó a asistir al centro, vivíamos en condiciones muy difíciles. No solo recibió apoyo educativo y emocional, sino que gracias a un padrino, también pudimos reparar parte de nuestra casa. Hoy vivimos con más seguridad y esperanza. Ver a mi hijo feliz, aprendiendo y creciendo en un ambiente sano, no tiene precio. Gracias por ser parte de nuestro milagro."